Una de las bebidas más refrescantes y apetecibles del verano es la horchata. Aunque es más típica tomarla en la costa valenciana, en Madrid también tenemos varios sitios donde degustar las mejores de la ciudad.
Horchatería y heladería Alboraya
Desde 1980, es una de las horchaterías más famosas de la capital madrileña. Su bebida estrella es la horchata acompañada con los famosos fartons, unos bollitos alargados cubiertos de glasa típicos de Valencia. También podrás refrescarte con sus populares granizados, el de café, limón, fresa o de agua de cebada. Otra de las bebidas que no te puedes perder es el nacional (café granizado con helado de vainilla) o el blanco y negro (café granizado y helado de nata). Y, por supuesto, su famoso helado de leche merengada, una delicia. Tiene dos locales uno en la calle Alcalá 125 y otro en la Plaza Felipe II.
Es una de las horchaterías más antiguas de la ciudad y está situada en el barrio de Tetuán. Abrió sus puertas en 1946 y la fundaron dos valencianos que emigraron a Madrid. Ahora está regentada por la cuarta generación de horchateros de esta familia. En su carta podemos disfrutar de una horchata artesanal, pero también de otros productos elaborados por ellos mismos como la leche merengada, así como otros tipos de helados variados, granizados, limonadas y el agua de cebada.
Otra heladería antigua de Madrid fundada en los años cuarenta. Llevan haciendo horchata desde 1975 y la elaboran con chufa traída desde Alboraya. Además de su famosa horchata, son conocidos por sus deliciosos helados, con más de 48 sabores distintos. Tanto los helados, como los granizados y las tartas, se realizan en un obrador propio. Tienen dos sedes, una en Chamberí y otra en Torrelodones.
El kiosko de Horchata de Miguel y José
Este tradicional y familiar Kiosko está regentado por los hermanos Miguel y José, biznietos de los fundadores del negocio, que eran naturales de Crevillente (Alicante). Situado cerca de Goya, podrás hacer una parada para tomar la auténtica horchata de chufa valenciana, un refrescante limón granizado o la madrileña agua de cebada.
Nada mejor que una buena horchata para sobrevivir al calor madrileño.